John Dos Passos y su Trilogía USA

       El caso de los autores condenados injustamente al olvido o relegados a un segundo plano, por muy buena que haya sido su producción literaria, es, por desgracia, un fenómeno que suele tener lugar casi siempre que se habla de una generación o movimiento. La figura que nos ocupa hoy, la del brillante John Dos Passos, es (me duele decirlo) un claro ejemplo de ello. A pesar de haber gozado de un extendido reconocimiento del público y de la crítica a principios de su carrera como escritor gracias a su calco de la sociedad estadounidense de principios del siglo XX en Manhattan Transfer (1925), la sombra de otros autores de la denominada "Generación Perdida", como Fitzgerald (El gran Gatsby) o Hemingway (¿Por quién doblan las campanas?), fueron eclipsando (repito, injustamente) su importancia a medida que pasaron los años. Es por eso mismo que hoy escribo esta entrada, para que, si tengo suerte, alguna mente perdida en las llanuras de Internet se tope con esta manzana de oro y se atreva a comerla, pues su sabor, prometo, no defrauda en absoluto.
       De John Dos Passos, la obra más conocida es, como ya nombré arriba, Manhattan Transfer, pero donde este norteamericano de ascendencia portuguesa alcanza su mayor grado de madurez y maestría de la más cruda ficción es en Trilogía USA, compuesta por Paralelo 42 (1930), 1919 (1932) y El gran dinero (1936). Y no es que esta mastodóntica trilogía no fuese catalogada como uno de los mejores trabajos de ficción del siglo XX, al contrario, elogios de hasta el mismísimo Gabriel García Márquez no le faltan, pero su extensión es un obstáculo al que todo lector en potencia debe hacer frente, y creo que es justamente eso lo que merma la popularidad de la producción de Dos Passos, pues, al comparar Trilogía USA con El gran Gatsby, en términos de brevedad tenemos un claro ganador. No obstante, créanme, el esfuerzo inicial merece la pena, y una vez se cierra El gran dinero por la última página, uno se da cuenta de que hay algo diferente dentro de sí, algo que se ha forjado a lo largo de muchos capítulos, algo muy valioso y que muy pocos escritores saben hacer gestar en sus lectores: el espíritu crítico.

        
        Ahora, la pregunta es: ¿qué más ofrecen estos tres libros? A lo que responderé de una manera breve: dinamismo, variedad, frescura, reflexión e historia. El propio estilo narrativo y sus características se adaptan a la imagen de Estados Unidos que transmite la obra. Dos Passos utiliza una multiplicidad de mecanismos innovadores muy interesante y que hacen de la lectura una tarea más enérgica, más viva. Tenemos, por ejemplo, los "Noticiarios", en los que se intercalan recortes de periódicos y canciones populares norteamericanas, todo ellos con unos fines sugestivos y simbolistas en concordancia con el fragmento de la obra que se esté leyendo. Sin necesidad de dar una marabunta de fechas vacías, estos noticiarios sitúan la narración en un determinado marco sociopolítico. Por supuesto, no es lo mismo leerlo dentro de la obra que fuera de ella a modo de fragmento colgado, pero creo que es importante ilustrar qué son estos noticiarios con un ejemplo: 

Noticiario LXII

LOS ASTROS AUGURAN MALOS PRESAGIOS PARA COOLIDGE 

Si no puedes decir al mundo
    Que ella es una chiquilla buena
Es mejor que no digas nada
   
   el viejo Way había estado varios años tratando de conseguir y lanzar al mercado cierto producto con el cual rociar el apio. La investigación de los cargos de agresión contra su persona reveló que Way había sido advertido de que no siguiera escribiendo cartas, pero también puso de manifiesto que los principales cultivadores de apio utilizaban un producto que contenía veneno mortal

Y puesto que ella lo lamenta
Necesita comprensión

LOS MINEROS RELATAN LOS HORRORES DEL POZO DE LA MUERTE
    
    en vista de que los bancos atraviesan actualmente una situación problemática en Florida, los cheques no pueden hacerse efectivos con la necesaria rapidez. Para evitar retrasos, envíen por favor giros postales urgente en lugar de cheques certificados

Como una mariposa sorprendida por la lluvia
Suspira por las flores
Añora las horas 
Pasadas en el sendero besado por el sol

UNOS TURISTAS ATRACAN UNA GASOLINERA

LA REDUCCIÓN DEL BENEFICIO NO LOGRA FRENAR EL ALZA DE LOS VALORES

    el clima alimenta el optimismo y será difícil que el pesimismo logre sofocar el sol radiante y las brisas balsámicas que soplan del Atlántico y del Golfo
Fragmento del Noticiario LXII (Páginas 536-537, El gran dinero)

          
        
        
       Otro recurso muy importante a lo largo de toda la trilogía son las biografías de personajes históricos americanos. A simple vista se puede pensar que el poner la vida de alguien entre capítulo y capítulo de los personajes principales no tiene mucho sentido, pero Dos Passos no hizo un simple copia y pega de una enciclopedia, sino que en cada una de ellas aportó unas gotas de brillantez. Memorables figuras como las de Benjamin Franklin, Henry Ford o Frank Lloyd Wright cobran vida de una manera única gracias al desbordante talento de Dos Passos. El objetivo, por supuesto, fue el de crear, dentro de una ficción puramente contemporánea, un sentido histórico, una génesis americana, una búsqueda del origen de una cultura tan particular y relativamente reciente como la estadounidense. Dos Passos crea, a partir de simples datos biográficos, personajes reales con carácter, con emociones. Quizás es en estas narraciones de, por lo general, cinco o seis páginas, donde la adecuación entre la forma modernista de este autor y el contenido narrativo alcanzan el punto álgido en términos de lo que me gusta definir como belleza artística. Y, como decía antes, con ciertos tintes críticos que finalmente germinan en el lector atento. La hipocresía, la ironía, la injusticia o la extravagancia son conceptos que juegan papeles muy importantes en estas partes de la novela. Pongamos el ejemplo del arquitecto Frank Lloyd Wright (al que los estudiantes de Historia del Arte de segundo de bachillerato recordarán como el de la Casa de la cascada):


  El arquitecto
       Un día bochornoso de finales de primavera, en 1887, un joven alto de dieciocho años, de hermosos ojos y un modo airoso y arrogante de llevar erguida la cabeza, llegó a Chicago con siete dólares en el bolsillo, único dinero que le quedaba después de comprar el billete desde Madison con el producto obtenido al empeñar Las vidas, de Plutarco, y La decadencia y caída del Imperio Romano, de Gibbon, y un viejo abrigo con cuello de piel.
       Antes de dejar su hogar para labrarse un porvenir en el estudio de un arquitecto (no había en Wisconsin cursos de Arquitectura para plagar su cabeza con rancios dibujos de Bellas Artes), había presenciado el derrumbamiento de la cúpula del State Capitol, debido a la mala calidad de las dovelas a cierto fraude de los constructores al escatimar los materiales a fin de asegurar a los políticos sus comisiones, y acaso a algún íntimo pero fatal error en los planos de los arquitectos;
       el joven jamás habría de olvidar el estruendo del desmoronamiento de la estructura, el yeso que saltaba en mil pedazos, la nube de polvo elevándose en el cielo, los aplastados cuerpos de los muertos y moribundos al ser retirados del lugar de la tragedia, con las caras rígidas y lívidas por el polvillo de yeso.
       Caminando por el centro de Chicago, cruzando y volviendo a cruzar los puentes sobre el río Chicago, en medio del tintineo y del estruendo del tráfico, el traqueteo de furgones y camiones, el golpear de los cascos de los grandes caballos de tiro y el ulular de los remolcadores que arrastraban barcazas y el pitido ensordecedor de los vapores del lago a la espera de su turno,
       pensaba en el gran continente de su patria, que se extendía mil millas al norte y al sur y al este, tres mil millas al oeste, donde por doquier, en las cuencas mineras, en las orillas de los puertos recién dragados, a lo largo de los cursos de los ríos en las intersecciones de las líneas férreas, iban brotando
       chozas cocheras para locomotoras escombreras elevadoras de grano almacenes depósitos casas de vecindad, grandes casas para los ricos rodeadas de césped sombreado por los árboles edificios con cúpula para las cámaras legislativas situadas sobre colinas hoteles iglesias palacios de la ópera auditorios.
       Caminaba con paso vehemente y largo
       hacia el futuro sin límites, abierto en todas direcciones, que se presentaba ante aquellos jóvenes que se pusieran manos a la obra y aguzaran el ingenio para dar inventos al mundo.
       Aquel mismo día encontró un empleo en el estudio de un arquitecto. 
                                                        […]
        
       El hijo y el nieto de predicadores se convirtió en predicador a través de cianotipos de proyectos,
       diseñando construcciones para el futuro americano y no para el pasado europeo.
[…]
       
       Fran Lloyd Wright,
       patriarca de la nueva arquitectura, 
       honrada por doquier salvo en su propia patria.

Fragmentos de "El arquitecto" (páginas 607-615, El gran dinero).

       Tras estos dos primeros puntos innovadores en Trilogía USA, la persona que haya llegado hasta este párrafo de la entrada pensará: "Bueno, supongo que ya empezará a hablar de la trama". Siento decepcionarte, pero todavía queda algo muy importante por ser tratado. Hablo de lo que en español se tradujo como "El Ojo de la Cámara". En toda la trilogía hay ni más ni menos que cincuenta y uno de ellos, intercalados de la misma manera que las biografías. Pero, claro, ¿qué es esto del Ojo de la Cámara? Son narraciones que utilizan como medio de comunicación la línea del pensamiento, es decir, textos en los que no hay puntuación, a simple vista tampoco hay un orden preciso, y lo importante es dejarse llevar por la sucesión de palabras. Dos Passos combina aquí su propia percepción visual de los acontecimientos, lo que significa que hay claros tintes biográficos, con ideas sueltas, con elementos sugestivos. Estos pseudocapítulos son los que quizás requieran de un mayor esfuerzo a la hora de la lectura, pero no olvidemos que Dos Passos domina la materia a la perfección; sabe marcar muy bien el ritmo de las frases (incluso en la traducción al español se pueden apreciar las trazas rítmicas existentes en la versión original) y dar unidad al texto, un progreso lógico que lleva a la idea final. Nuevamente, tomaremos un ejemplo fragmentado para ilustrar lo que acabamos de describir. Es una parte del "Ojo de la Cámara 50", en el que se habla de la ejecución de Sacco y Vanzetti:

El Ojo de la Cámara (50)
       nos han desalojado de las calles con sus porras   son más fuertes    son ricos    alquilan y despiden a los políticos a los directores de periódicos a los viejos jueces a los hombrecillos con reputación a los presidentes de los colegios a los parásitos perros guardianes (escuchad hombres de negocios presidentes de colegios jueces    américa no olvidará a quienes la traicionan) alquila a los hombres armados de fusiles    los uniformes los coches de policía los coches celulares
                de acuerdo habéis ganado    ya estamos derrotados    nosotros la multitud derrotada apiñada en estas viejas y mugrientas aulas de Salem Street arrastramos los pies arriba y abajo por las crujientes y polvorientas escaleras nos acurrucamos con la cabeza baja sobre los bancos y escuchamos las viejas palabras de los aborrecedores de la opresión    hechas nuevas hoy en el sudor y la agonía
         […]América nuestra nación ha sido derrotada por los extraños que han vuelto del revés nuestra lengua que han tomado las palabras limpias que usaron nuestros padres y las han envilecido y enfangado
         sus hombres a sueldo se sientan en los estrados de los jueces se arrellanan con los pies sobre la mesa bajo la cúpula de la Cámara legislativa desconocen nuestras creencias tienen los dólares las armas las fuerzas armadas las centrales eléctricas
         han construido la silla eléctrica han alquilado al verdugo para que baje la palanca de la muerte
         de acuerdo somos dos naciones 
[…]
Fragmentos del "Ojo de la Cámara (50)" (páginas 655-657, El gran dinero)


      
        Y, ahora, pasemos a hablar de la trama. Tal y como se dijo al principio de la entrada, Dos Passos se da a conocer al gran público con el calco frenético de la América de principios de siglo en Manhattan Transfer, pero se ve que el hombre no tuvo suficiente. Todas sus vivencias como soldado en el cuerpo de ambulancias durante la Primera Guerra Mundial tenían que servir a algún propósito, ese ojo analítico suyo tenía que llevarle a otro nivel, y es así como, en parte, surge Trilogía USA. El período que abarca la obra va desde comienzos del siglo XX hasta el fatal Crack del 29, haciendo un gran hincapié en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Tenemos, pues, un testimonio de la gestación de los Estados Unidos que conocemos hoy en día. Y uno se puede preguntar: "Bueno, ¿pero cómo va a tratar todos los acontecimientos históricos de los primeros treinta años del siglo XX sin que sea eso un tostón?". La respuesta la encontramos en los doce personajes principales, que servirán de vehículo narrativo a lo largo de este período. Este recurso formal fomenta la variedad temática y estilística presente en toda la obra. Cada personaje se va moldeando a lo largo del tiempo en función de sus orígenes, creencias, necesidades, anhelos vitales, errores y ambiente social en el que se desarrolla. John Dos Passos nos impresiona con un entramado que roza la perfección, pues algunos de estos personajes llegan a conocerse, amarse, odiarse, separarse, etc. Es una telaraña dramática que le llevó casi una década, no fruto del azar. 
      Sin embargo, algo intrínseco a todos estos personajes es la imposibilidad de ser felices. Vemos que algunos van desde la miseria hasta la más despampanante abundancia, alcanzan el sueño americano, pero se pierden en sus laberínticos recovecos. El materialismo desmedido de la época juega un papel corruptor en sus vidas, es algo que paulatinamente los desvirtúa. No saben qué es lo que realmente quieren, hacia dónde van o por qué, y, mientras, los años pasan de manera irremediable. Otros personajes van, por ejemplo, desde la rectitud moral hasta la falta de valores y la hipocresía. Por lo tanto, estamos ante un mensaje pesimista en toda regla. De la obra se deduce un sucio color gris y una moraleja a recordar: el poder corrompe y la impotencia hastía. En este caso, es mucho más difícil poner un ejemplo, pero para mostrarles lo bueno que Dos Passos con esto de los sueños rotos y las vidas con un regusto amargo, traigo esta frase lapidaria que encontramos cuando uno de los personajes está en su lecho de muerte, y que, con pocas palabras, lo dice todo:


"Pero este desvanecimiento que se acerca no es como el sueño, es como...como algo falso".

Cita de Charley Anderson (página 535, El gran dinero)

       Creo, querida persona leyéndome al otro lado de la pantalla, que va siendo hora de dar por concluida esta segunda entrada, y espero que, si no conocías a este maravilloso autor, ahora al menos sepas quién es, y en el caso de que ya lo conocieses, sonrío con la esperanza de haberte hecho saber algo que escapaba a tu conocimiento o de, al menos, haberte hecho recordar toda la experiencia que es leer a Dos Passos.



  Pensio.

Comentarios

  1. Excelente articulo, abrazos desde Paraguay, te descubrí buscando escritos sobre John, sigo sintiendo el vértigo de su obra

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    1. Muchas gracias, Carlos, me alegro mucho de que esto haya llegado al otro lado del Atlántico, a un continente tan maravilloso como es América Latina. Sin duda alguna,la obra de Dos Passos es excelente, es una pena que haya tan poco escrito sobre él, sus ideas críticas son más que necesarias en este caótico mundo en el que vivimos...

      Un saludo,
      Pensio.

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  2. Me encanto "Paralelo 42" y desde entonces ando loca buscando la trilogía completa para leerla del tirón. Ya tengo 1919 y estoy a la caza de "El Gran Dinero"

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